Por Silvia Nassif, historiadora e investigadora.
Un día como hoy, hace 50 años, el 21 de junio de 1972 comenzaba uno de los levantamientos populares más importantes que en la provincia de Tucumán, conocido como el Quintazo. Ello sucedió en un complejo contexto, signado por el enfrentamiento de las dos grandes potencias de los Estados Unidos y la URSS, y por distintos procesos que cuestionaban las desigualdades generadas por el sistema capitalista.
En Argentina, el 29 de junio de 1966 la dictadura encabezada por Juan Carlos Onganía derrocó al gobierno radical de Arturo Illia. El gobierno de facto impulsó políticas antipopulares y empleó a mansalva a las fuerzas represivas para intentar acallar los descontentos obreros, estudiantiles y de los demás sectores populares. En especial, el movimiento estudiantil se había opuesto a este golpe de Estado. Por ello, el 29 de junio de 1966, el gobierno de facto intervino a las universidades nacionales, suprimiendo su autonomía y el cogobierno. Tiempo después, la dictadura intentó cerrar y/o privatizar los comedores universitarios, junto a la imposición de una moral conservadora y reaccionaria, que intentaba cortar el pelo de los hombres y alargar las minifaldas de las mujeres.
En Tucumán, esta dictadura generó una de las crisis económicas y sociales más profundas de su historia, pues siendo una provincia en la que la principal actividad económica estaba ligada a la agroindustria azucarera, procedió al cierre de ingenios y a la eliminación de puestos de trabajo. Como contrapartida, los obreros realizaron diferentes planes de lucha, y en estos confluyeron con otros sectores, como el movimiento estudiantil. Con sus particularidades, ello ocurrió también en el Quintazo.
Este nuevo Tucumanazo, sucedió bajo el turno del dictador Alejandro Lanusse, en un contexto nacional de generalización de las protestas en distintos puntos de la Argentina como en Mendoza, General Roca, Trelew, Cipolletti. El Quintazo duró del 21 al 27 de junio de 1972, destacándose el protagonismo del movimiento estudiantil que, además de su oposición a la dictadura, se manifestaba en contra del intento de licitación de la explotación de Yacimientos Mineros de Agua de Dionisio (YMAD) al monopolio norteamericano de la empresa Cities Service. También participaron de este levantamiento empleados estatales, maestras/os, trabajadores azucareros y vecinos/as de barrios carenciados.

Las fuerzas represivas utilizaron todo su arsenal para coartar estas manifestaciones, que de todas formas se iban extendiendo como un reguero de pólvora, a través de las barricadas por los barrios tucumanos, desbordando en ocasiones la capacidad de contención de los funcionarios dictatoriales, que recurrieron al Ejército para reprimir las manifestaciones. En una de ellas, el 24 de junio, las fuerzas represivas asesinaron al estudiante Víctor Alberto Villalba, un joven de apenas 20 años, oriundo de la provincia de Salta que, como muchos jóvenes del Noroeste Argentino, había venido a estudiar a la Universidad Nacional de Tucumán. El asesinato del estudiante generó el inmediato repudió del pueblo, con manifestaciones en La Plata, Mendoza, Corrientes, Córdoba y Salta. El 27 de junio, en medio de un inédito despliegue del Ejército por la ciudad, la CGT Regional junto al movimiento estudiantil, intentaron realizar una huelga general, registrándose enfrentamientos en distintas localidades de la provincia.
El Quintazo produjo la inmediata renuncia del rector y los decanos, y la suspensión de la licitación de YMAD. A nivel nacional, los distintos levantamientos populares hicieron imposible la continuidad de la dictadura que tuvo que llamar a elecciones.

Es destacable el papel que tuvo la juventud como motor de esas grandes luchas populares, de carácter antidictatorial, anticapitalistas y antiimperialistas. En la actualidad, las/los/les jóvenes tienen un rol central, como se aprecia en la enorme marea verde, protagonizada por las mujeres y diversidades. En un contexto signado por las consecuencias de la pandemia del COVID19 y la profundización de las desigualdades producidas por el capitalismo, la lucha de la juventud, como hace cincuenta años, sigue contribuyendo a la lucha del conjunto del pueblo por su liberación.
Muy buena sinopsis de los acontecimientos. Muchas gracias por la información.